de nuevo me encuentro con vosotros con esta bonita entrada, He tardado unos días en aparecer, ya que he tenido bastante lío en estas dos semanas, pero bueno, aquí estoy de nuevo para presentaros este proyecto al que le he dedicado bastante tiempo y cariño.
Como sabéis los que me conocéis, para mi lo importante no son los cacharros que os presento, que pueden ser más o menos valiosos o extraordinarios, para mi, siempre es más importante la historia que tienen detrás, en este caso este elemento que os traigo hoy es un aparato que ha pertenecido a mi familia desde hace más de 50 años, y aunque sigue funcionando a la perfección, pasará a descansar en mi estantería de antigüedades técnicas espero que algunos años más. El motivo de no ponerlo en uso de nuevo es que su corriente de uso es de 125V, y ya hace tiempo que mi madre no utiliza esa tensión en la casa.
Este timbre es de esos recuerdos que permanecen por siempre en la memoria, su sonido peculiar está grabado en la mente de todos mis hermanos, serán millones las veces que lo hemos oído, era el timbre de la puerta, el que pulsábamos para que nos abrieran la puerta cuando veníamos del colegio, cuando hacíamos los mandados, cuando veníamos de jugar al fútbol o al poli ladro o al bote en la casa puerta.
Bueno, pues vamos al tajo, se trata de un timbre de bobina eléctrica de los años 60 fabricado en madera de la marca catalana Timbres y materiales Eléctricos S.A. TYMESA, que fabricaba diferentes equipos electrodomésticos, uno de los más conocidos son sus ventiladores portátiles que hicieron furor en los años 70, la empresa presentó liquidación y desapareció en el año 2005, su sede central y fábrica se encontraba en Rubí, Barcelona en concreto en la carretera de Terrassa nº 165.
Marca: TYMESA
Materiales: Madera y metal.
Tensión de funcionamiento: 125V ca , aunque ha sido probado a 220V ca durante unos segundos y no se ha destruido.
Dimensiones: 190 x 90 x 40 mm
Peso: 220 gr.
Musicalidad: Timbre mono tono.
Lo primero que vais a ver es el sitio en el que estaba instalado colgado de una puntilla y donde ha permanecido durante muchos años desde que alguien lo arreglara y lo dejara colgando en este rincón de la cocina e mi madre.
Lo que se ve al lado es otro timbre, en este caso un timbre telefónico que se utilizaba para pasar llamadas desde el despacho del abuelo a la casa, también será restaurado en otra entrada. |
Bueno, pues a partir de aquí os dejaré un reportaje de su restauración completa, dejaré algunos comentarios al pie de cada foto, pero ya os adelanto que la caja de madera que cubre el mecanismo ha sido construida de nuevo, ya que se perdió con el paso de los años.
Bueno, pues esto es lo que me encuentro cuando desmonto el timbre y lo coloco en una mesa. |
El nivel de degradación y suciedad y grasa que tenía era indescriptible. |
Un detalle del timbre metálico totalmente oxidado y herrumbroso. |
Parece mentira que incluso a 220V seguía funcionando, lo quité por seguridad, porque en su estado podría crear un accidente, pero a lo mejor si se tira otros 50 años sigue funcionando... |
Bueno, pues empezamos a quitar pieza por pieza. |
Toda la tornillería se introduce en un líquido mágico para eliminar oxido y suciedad (cocacola) |
El tablero de madera se somete a un decapado completo de su barniz y una buena tunda de lija. |
No ha quedado mal del todo, en este punto no sabía si pintar como en el original o dejarlo así, decidí ser fiel a su estado original y al final decidí pintarlo en negro. |
Tomemos unas cervezas que todo no es trabajar... |
Proceso del pintado a spray de todas la piezas. La cocacola va haciendo efecto, han pasado 24 horas. |
Bueno, todo no es trabajar, volvemos a la cerveza, en este caso con una tapa de Arbures en adobo, pescado de río muy apreciado en Sevilla. |
Esto se va terminando... |
En estas dos fotografías se puede observar el cambio sufrido después de la restauración.
Ahora comienzo con la fabricación de la caja que cubre el mecanismo, para mi es mucho más bonito sin caja, pero hay que ser fiel al fabricante y terminar la faena. |
Bueno, en cuanto esté acabado y seco os pasaré alguna foto más, y si puedo os paso también un vídeo para que quede constancia de que funciona y además quede un registro histórico de su sonido, que como dije al principio me trae recuerdos de mi niñez.
Hoy he desmontado el otro timbre de la casa de mi madre, al final se trataba de un zumbador a 125V ca que servía para llamar desde las oficinas del sótano a la servidumbre. Una vez desmontado la zona se ha saneado y el rincón de la cocina ha quedado así.
También os paso unas fotos del zumbador en su proceso de restauración, ya está listo para su uso de nuevo, aunque seguramente le pondré una nueva bobina a 220V ca para que se pueda volver a utilizar.
Para finalizar os dejo algunas fotos del año 63 para que os pongáis en situación, yo no había nacido aún, me quedaban tres añitos.
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